lunes, 18 de enero de 2010

Para los que se tumban a la orilla de la chimenea, para aquéllos a los que les gusta dar besos en la frente, para los que están donde habita el olvido, para los poetas de los aeropuertos, para las que tienen ojos de gata, para los cirujanos de las decepciones, para los que echan de menos el mes de abril, para los que se bajan en Atocha, para los que están en la República feliz, para las chicas Almodóvar, para los que saben jugarse la boca, para los que desembocan en la Torre de Babel, para los psicólogos argentinos que muestran el camino, para los conductores suicidas, para los que se piden una fanta, para todos los hombres de traje gris, para los que sufren dolor de muelas, para los que están en la nube negra, para las rubias platino, para los que se declaran enemigos íntimos, para los que están en el bar de la esquina, para los que están viendo una de romanos, para los que ven dos camas vacías, para aquéllos a los que les decomisaron el sudor y la sonrisa, para los que pasean por el bulevar de los sueños rotos, para las princesas de Vallecas, para los caballeros que hacen pactos, para los que no rezan para no creer,... en definitiva para los que quieren colarse en el traje y la piel de todos los hombres que nunca será, es decir en las canciones de Joaquín Ramón Martínez Sabina, ése que canta .

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